miércoles, 7 de octubre de 2015

Dentro de la estructura del PEI, el currículo es el vehículo a través del cual se concreta la labor educativa. Es el campo en el cual se ejerce, con mayor libertad, la autonomía institucional; autonomía relativa regulada por la norma. Un buen diseño curricular, junto con su desarrollo coherente y su evaluación sistemática, constituyen los factores principales para generar calidad educativa. El currículo se asume como una estructura flexible, adaptada al medio y pertinente. Es elaborado y desarrollado de manera participativa por la comunidad educativa, con el aporte profundo de los docentes, la dirección del Consejo Académico y el liderazgo de las directivas
Entre los elementos constitutivos del currículo se encuentran los fundamentos conceptuales, los objetivos de la educación, los actores del proceso y el plan de estudios. Los cuatro primeros conforman la base teórica y, el último, el plan operativo. El plan de estudios se puede concebir como la articulación coherente entre áreas y proyectos junto con el sistema de evaluación. En educación formal, el plan de estudios se organiza dependiendo de cada nivel.
En el proceso curricular se cumplen las etapas de diseño, adopción, desarrollo y evaluación. El diseño consiste en armar la estructura. La adopción la hace la instancia directiva. El desarrollo se realiza cotidianamente a través de las diversas actividades pedagógicas. La evaluación se efectúa para mejorar su diseño, su desarrollo y verificar su impacto.

Sin duda son valiosos los aportes para comprender el significado de currículo que han realizado autores como: Shirley Gruñid, Abraham Magendzo, Ralph W Tyler, Schwab, Lawrence Stenhouse y, por qué no, la Ley General de Educación que, desde cada uno de sus enfoques y planteamientos, busca un solo fin: proponer la estructuración de una escuela con un currículo contextualizado, flexible, y acorde con la realidad y el sentido humano.